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Vivienda unifamiliar en Punta Canide

Localización: Punta Canide. A Coruña
Promotor: Privado
Arquitectos: Gustavo Díaz García y Lucas Díaz Sierra
Arquitecto Técnico:  Alberto Peñamaría
Infógrafo:  Antonio García Andrés
Fotógrafo: Héctor Santos-Díez
Superficie: 550 m²
Fin de obra: 2015
En Punta Canide, parroquia de Oleiros, perteneciente al municipio de A Coruña, se ubica esta vivienda unifamiliar en plena bahía coruñesa, en una zona con unas vistas impresionantes al mar y la costa.  La edificación debía responder a unos condicionantes de edificabilidad y retranqueos muy concretos exigidos por la normativa municipal, así como por la propia morfología de la parcela, que requería adaptarse a la pendiente de la parcela con un desnivel cercano a los tres metros, así como aprovechar las mejores orientaciones, de manera que se favorecieran los mejores puntos de vista del solar.
Tres materiales son los protagonistas absolutos de esta obra, el hormigón, la madera y el vidrio
La edificación deja un amplio espacio libre en el margen Oeste de la parcela, donde se implanta una plataforma de madera con una piscina, y ajardinamiento.
El hormigón es el esqueleto, gira, se dobla y se desplaza y conforma la vivienda en tres plantas rectangulares diferentes, creando así los diferentes espacios de terrazas y accesos cubiertos que se pretenden en el proyecto. El volumen de planta semisótano se dispone girado 90 grados con respecto a los de planta baja y primera y juega con el desnivel existente en la parcela. Es un volumen que discurre paralelo al vial de acceso de vehículos por lo que se utiliza como zona de garaje y es el lugar ideal para ubicar los cuartos de instalaciones y lavandería.
La planta baja discurre paralela al eje longitudinal de la parcela, a cota con el vial superior que es el acceso peatonal principal. En este volumen se ubican las zonas de día de la vivienda, cocina, salón-comedor y un pequeño baño, el vidrio se convierte en el elemento principal, de manera que todas las estancias se vuelcan a las vistas y permiten que la casa se pueda abrir al exterior hacia la zona aterrazada y a la piscina. En el interior, la madera inunda la vivienda, con la clara intención de aportar calidez a todo el espacio.
Todos los espacios se organizan entorno a un pasillo-corredor donde se ubican las escaleras que conectan los distintos volúmenes y que gracias a la amplitud de su diseño funciona como zona de estudios, biblioteca y zona de juegos en la planta superior.
La planta superior se desplaza respecto a la baja, para configurar un espacio de terraza, y al mismo tiempo configurando un espacio de entrada cubierta en la cota de planta baja. Este volumen acoge las zonas de noche de la vivienda, compuesta por dos dormitorios con un baño compartido y el dormitorio principal con baño y vestidor. Este dormitorio se abre a una zona de terraza propia que se convierte en un lugar privilegiado con vistas a toda la ría de A Coruña.
La edificación se protege tanto por cuestiones de privacidad como por motivos de soleamiento con paneles de lamas de madera, que discurren por el frente de las zonas acristaladas.
El resto de las fachadas son más opacas, esto es debido a que éstas son las que se encuentran al alcance de las vista de las edificaciones colindantes, y se quería conseguir privacidad. De este modo, las fachadas norte y sur quedaban protegidas por la propia envolvente de hormigón que configura la vivienda, mientras, que la fachada Este, es casi en totalidad ciega, salvo unos huecos puntuales, y cuenta con un cerramiento de lamas de madera, las mismas piezas de madera que en la fachada Oeste, para dar continuidad.